Mi vida. Mi paz. Mi cielo.

"Te amo" - dijo el principito...
-"Yo también te quiero" - dijo la rosa.
-"No es lo mismo" - respondió él...
..."Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa compañía.
Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis inviernos.
Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre, madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí.
Dar amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar."

-"Ya entendí" - dijo la rosa.
-" No lo entiendas, vívelo" - agregó el Principito.


- Antoine de Saint-Exupéry -

 

 

 

 

 

 

Te amo. De amarte. De haber estado siempre ahí. Con tus más y con tus peros. Con mis más y con mis peros. La fiebre. Y te observo. Por primera vez en tantos meses me paro frente a ti y te observo. Y noto cuánto ha sido el sufrimiento. El no poder alejarte. Y perderme en tus brazos grandes… y a la vez a mi lado tan pequeños. O los míos tan pequeños.

Te miro. Te observo. Por primera vez en tantos meses recuerdo ese día, ese instante, esa noche. Y tus labios. Y tus besos.

Quitarse un lastre de encima con unas palabras que ni recuerdo. Vagamente, hasta para perder el monedero. Ni miedos ni vergüenza. Paz. Un velo que lo envolvía todo y todo lo dejaba así como turbio. A mí. A mi vida y a mis sentimientos. A su paso. Lento. Ralentizando todo.

Ahora ya no hay velo. Camino ágil. Sé lo que quiero. Y también, por supuesto, lo que no quiero. Por qué lo quiero. Y también, por supuesto, por qué no lo quiero. Quizá eso de hablar, de la palabra, de verbalizar… Al ponerlo fuera y verlo, mirarlo, comprenderlo… Ser acción. Resultó una quimera. Malditos duendes. Maldito silencio.

Todo por hablar lo que quedó incrustado en los huesos. Tantos años, todos estos años incrustado en los huesos. Ahora ya no, que diría Lecter. Ahora ya no, maestro.

 

Por eso te amo. Mi vida. Mi paz. Mi cielo.