Cuando trabaja no está.
No está ahora, no está luego.
No está aquí ni allí.
En ninguna parte.
No está pronto ni está tarde.
No está nunca, que no es siempre
sino un nunca que nunca termina.
Está cansado, está durmiendo.
O está viajando o descansando.
O comiendo.
Y no responde. Ni se preocupa.
Ni se ocupa. Está ocupado
con su vida y su trabajo.
Está con esa.
Está con aquellos.
O con aquellas.
Con esos.
...Ya sabes lo que digo.
Cuando no trabaja no está.
De la misma manera.
Está allí, pero nunca aquí.
De vacaciones no está ahora,
no está luego.
De vacaciones no está pronto
ni está tarde.
No está nunca, que tampoco es siempre
sino un nunca que nunca termina.
Está cansándose, despierto.
O descansándose, durmiendo.
De vacaciones está comiendo.
Está bebiendo.
Y no responde. Ni se preocupa.
Ni se ocupa. Está ocupado
con su vida y sus vacaciones.
Sus tiempos.
Está con esa.
Está con aquellos.
O con aquellas.
Con esos.
...Bien sabes lo que digo.
Lastres. Sangres.
"Una no puede pensar bien, amar bien, dormir bien, si no ha comido bien." Virginia Woolf
sábado, 23 de agosto de 2014
domingo, 17 de agosto de 2014
Certezas III
Fuente: cafedemar |
Despertó.
¿Qué necesidad hay, -tienes, tengo-, de este sufrimiento, de este ir cayendo?
¿Hay necesidad? ¿Lo necesitas? ¿Por qué lo necesitas? Angustia. Temor. Abandono…
Pensó.
Con tener una persona cercana que dice quererme pero en la práctica pasa
olímpicamente de mí es suficiente. Más que suficiente. Ni siquiera debería ser
así. Con tener que soportar una situación dolorosa y terrible, de soledad y
abandono, de ignorancia y exclusión hacia mi persona es suficiente. Más que
suficiente. Ni siquiera debería ser así. Al menos hasta que mamá y papá hayan
muerto… Dentro de al menos veinte años o treinta… Luego ya podré dejar de hacer
el imbécil… Pensó. Luego ya, dentro de veinte o treinta años.
Decidió.
Ni una sola muestra de cariño. Ni una sola muestra de afecto, de: Aunque ahora esté lejos y me pierda entre
las tinieblas de la tristeza, no puedo dejar de expresar mi amor. Te quiero, te
amo. Espérame por favor. Espérame. Cada estrella que he visto en mi camino me
ha recordado tu nombre, brillaba con el mismo brillo que tu sonrisa, que tus
ojos, que mi corazón al pensar en ti. Ya sé que es difícil, debe serlo, pero
por favor, espérame. Te quiero, mi sol, mi vida. Mi vida entera… Ni una
sola muestra de nada. Como la nada absoluta que lo engullía todo. Como la nada
absoluta que lo engulló todo. No hubo nombre que dar a la niña de tez blanca y
resplandeciente. No hubo nombre porque solo hubo nada. Ahora no estoy.
Voló.
Voló lejos. Emprendió de nuevo un camino, el suyo, sin ataduras, sin lastres
que ahogan, que mortifican…, sin falsas esperanzas. Con esa sonrisa a la que
bien merece dedicar una vida y sus estremecedores ojos rasgados.
miércoles, 13 de agosto de 2014
Certezas II
Silencio.
Suena un teléfono.
-¡Hola!
-Hola, ¿qué tal?
-Bien, aquí, leyendo... ¿Tú?
-Bien también, aquí, en el trabajo... Este... Una cosa... Mmm...
-Dime, ¿qué quieres?
-Eh... ¿Cuándo podemos vernos?
-Pues no sé. Tengo la semana ocupada y el finde no creo que esté aquí.
-Vaya... Necesito hablar contigo de una cosa... Es importante.
-...
-¿Hola?
-Disculpa, sí. Dime. Dime ahora.
-Es que... No me gustaría hablar esto por teléfono la verdad...
-En serio, dime. Ya sé lo que vas a decir.
-¿Sí?¿Por? Bueno...
-No lo alargues más y dime. Sabíamos que este momento llegaría, tarde o temprano. Te escucho.
-Si lo prefieres así...
-Lo prefiero así.
-Eh... Sabes que siempre te he querido y siempre vas a ocupar un lugar importante en mi vida y
-Perdona, no des más rodeos por favor. No lo intentes hacer bonito.
-De acuerdo. He conocido a una persona... Necesito zanjar nuestra situación. Luego te envío un correo con los papeles. Tómate tu tiempo pero no lo demores mucho por favor.
-Claro. Sin problemas. Esta semana lo tienes.
-Bueno... Tengo que volver al trabajo...
-Sí, claro.
-Te voy a querer siempre.
-...Besos, hasta luego.
-Un beso.
Silencio.
Suena un teléfono.
-¡Hola!
-Hola, ¿qué tal?
-Bien, aquí, leyendo... ¿Tú?
-Bien también, aquí, en el trabajo... Este... Una cosa... Mmm...
-Dime, ¿qué quieres?
-Eh... ¿Cuándo podemos vernos?
-Pues no sé. Tengo la semana ocupada y el finde no creo que esté aquí.
-Vaya... Necesito hablar contigo de una cosa... Es importante.
-...
-¿Hola?
-Disculpa, sí. Dime. Dime ahora.
-Es que... No me gustaría hablar esto por teléfono la verdad...
-En serio, dime. Ya sé lo que vas a decir.
-¿Sí?¿Por? Bueno...
-No lo alargues más y dime. Sabíamos que este momento llegaría, tarde o temprano. Te escucho.
-Si lo prefieres así...
-Lo prefiero así.
-Eh... Sabes que siempre te he querido y siempre vas a ocupar un lugar importante en mi vida y
-Perdona, no des más rodeos por favor. No lo intentes hacer bonito.
-De acuerdo. He conocido a una persona... Necesito zanjar nuestra situación. Luego te envío un correo con los papeles. Tómate tu tiempo pero no lo demores mucho por favor.
-Claro. Sin problemas. Esta semana lo tienes.
-Bueno... Tengo que volver al trabajo...
-Sí, claro.
-Te voy a querer siempre.
-...Besos, hasta luego.
-Un beso.
Silencio.
Fotograma de De aquí a la eternidad |
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