Suena un teléfono.
-¡Hola!
-Hola, ¿qué tal?
-Bien, aquí, leyendo... ¿Tú?
-Bien también, aquí, en el trabajo... Este... Una cosa... Mmm...
-Dime, ¿qué quieres?
-Eh... ¿Cuándo podemos vernos?
-Pues no sé. Tengo la semana ocupada y el finde no creo que esté aquí.
-Vaya... Necesito hablar contigo de una cosa... Es importante.
-...
-¿Hola?
-Disculpa, sí. Dime. Dime ahora.
-Es que... No me gustaría hablar esto por teléfono la verdad...
-En serio, dime. Ya sé lo que vas a decir.
-¿Sí?¿Por? Bueno...
-No lo alargues más y dime. Sabíamos que este momento llegaría, tarde o temprano. Te escucho.
-Si lo prefieres así...
-Lo prefiero así.
-Eh... Sabes que siempre te he querido y siempre vas a ocupar un lugar importante en mi vida y
-Perdona, no des más rodeos por favor. No lo intentes hacer bonito.
-De acuerdo. He conocido a una persona... Necesito zanjar nuestra situación. Luego te envío un correo con los papeles. Tómate tu tiempo pero no lo demores mucho por favor.
-Claro. Sin problemas. Esta semana lo tienes.
-Bueno... Tengo que volver al trabajo...
-Sí, claro.
-Te voy a querer siempre.
-...Besos, hasta luego.
-Un beso.
Silencio.
Fotograma de De aquí a la eternidad |
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