...Para este apartado voy
a recoger la experiencia de la grabación de la última entrevista que realicé. Es la que corresponde al 20 de junio. He
notado progresos tanto en mi actitud, más abierta y serena, como en mis
aptitudes. Me he sentido plenamente capacitada para dirigirla de manera
correcta, profesional. He obtenido la información que buscaba, siempre desde
una perspectiva de género, con una metodología feminista, consiguiendo que la
mujer entrevistada se sintiese cómoda, tranquila y relajada.
Esta entrevista la iba
a realizar otra compañera del equipo. Debido al trabajo y otras cuestiones de
índole personal, el martes 18 nos comunicó que le era imposible acudir. Como
nos citamos por la mañana tan sólo yo podía realizarla, así que preparé y
estudié el guión. Éramos la directora, la compañera entrevistada y yo. Quedamos a las
diez en el metro de Casa de Campo. La compañera tenía libres un par de horas,
hasta que recogiera a la niña que cuida del colegio, en Pozuelo. Rodamos entre
los pinos y bajo su sombra. Cantaban los pájaros.

Género, su visión del
mundo como mujer, no como integrante de una cultura que hay que acatar por
cuestiones geográficas. Querer en lugar de deber ser. Sentir en lugar de
acatar. La entrevista se prolongó durante una hora y cincuenta minutos, lo justo
para no divagar ni cansar a la entrevistada. Tiene una hija de seis años y
responde que sí, que quiere que su hija crezca en su país, porque es su país,
dice. Pero voy tirando del hilo… ¿Te gusta entonces cómo te han tratado en tu
país? La respuesta es negativa. ¿Te parece bien que a las mujeres se las
encierre en casa por el mero hecho de ser mujeres? La respuesta es negativa.
¿Qué tareas domésticas realizaban tus hermanos? Ninguna, eso son cosas de
mujeres. Y cuando las realizabas tú, ¿qué hacían ellos? Jugar, jugar en la
calle, fuera. ¿Cómo te sentías al verlo? ¿Cómo te sientes ahora? ¿Ves justo que
eso se repita con tu hija? ¿Tu hija ha de cumplir con los preceptos culturales
que a ti no te gustan para ti? Poco a poco se iba tejiendo la tela violeta. La directora del documental que hacía las labores de cámara, preguntaba
también, de vez en cuando. Se creó un ambiente especial. Aquí encaja aquello de
el total es más que la suma de las partes. Tres mujeres hablando, preguntando,
preguntándose y respondiendo, respondiéndose. Y cada respuesta creaba preguntas
nuevas. Y cada pregunta añadía un intenso tono violeta que la respuesta se
encargaba de contrastar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario